Mi
Ciudad
Mi ciudad existía hace
cinco mil años.
Mi ciudad se embriagó
con las vanidades y fantasías
de los impíos.
Mi ciudad abofeteó
a Dios
y adoró ídolos de
talco.
Mi ciudad se burló
de sus santos
y les arrebató sus fastos.
Mi ciudad quemó
sus recuerdos,
y junto a ellos lanzó
al fuego el honor.
Mi ciudad se suicidó
con la cicuta de los vicios.
Mi ciudad es un cadáver
en el desierto.
Mi ciudad es una
difunta sin dolientes.
Mi ciudad es indigna
de un sepulcro
y es indigna del perdón.
Mi ciudad no tendrá
réquiem.
Mi ciudad jamás debió
existir.
31-III-2020.
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